jueves, 19 de marzo de 2009

Pasticho No. 1

Jarz toca guitarra en una banda, y como muchos músicos, sale de gira y acumula experiencia de todo tipo... Y esa vez que viajó a Valencia, no sabía que su vida cambiaría para siempre, cuando sucedió lo inesperado...

EL ATAQUE DEL PASTICHO.

Advertencia: Si eres de las personas que le es difícil leer entre líneas. No vas a sacar nada de lo que estás a punto de leer. Continuemos.

EL ATAQUE DEL PASTICHO!

Era sábado en la mañana. Jarz tomó sus cosas, se reunió con sus compañeros músicos y "poetas", subió al transporte y rodaron un par de horas hasta Valencia, para tocar en un festival de música... La rutina de cualquier banda comienza antes del show en si, y parte de las múltiples actividades está la llamada "Prueba de sonido", que normalmente se busca hacerla en la mitad del día...

Normalmente, la gente productora del evento es muy hospitalaria con sus artistas, y tienen la mejor disposición para recibirlos y agasajarlos... Sin embargo, ellos ignoraron que en esa mañana, algo maligno... Algo maldito se escondía entre las bandejas, las mesas, las sillas, las bebidas... Muchos de nosotros ignoramos hoy en día el origen de tanta maldad, y de tanto odio reprimdo que estaba a punto de de expresarse y agredir la vida de nuestro héroe (Shhh).

33 en el transporte decía: "Los productores del evento nos recibirán con un almuerzo para nuestra llegada, así que no se preocupen que no hará falta desconcentrarnos del show buscando lugar dónde comer..." Nilz tal vez esperaba pizza y Coca-Cola, Alz tal vez mencionó un pollo a la brasa... Y Jarz en su mente pensaba en una buena parrilla... Sabía que no sucedería, pero estaban a tiempo con la agenda, y tal vez les daría un chance en el día para matar un antojo antes de trabajar...

Mientras tanto, una chica muy atenta disponía de la comida de los artistas... Sin embargo, ella ignoraba que entre sus bandejas algo raro sucedía... Y por lo tanto no había nada que temer, no puedo recordar su nombre porque tal vez nunca se lo pedí... Pero yo sé que ella no se olvidó de ese día, ni de Jarz...

Advertencia: Se acabó la habladera de paja... Pendiente...

Jarz se sentó, y abrió su bandeja. Todos comían... Pero sentían la vibra, algo no está bien... Jarz toma sus cubiertos de plástico, y comienza a cortar el pasticho... Pero el pasticho no se corta. Jarz levanta la mirada, y al menos todos ya habían probado un tercero o cuarto bocado... Y allí sucedió.

"Voy a acabar con tu concentración, y con tu paciencia... No me vas a cortar, voy a acabar con tus cubiertos de cartón, y aún cuando me cortes... Aún mantendré mi frialdad, y no importa cuántas veces me mutiles, tu estómago deseará nunca haberme conocido, ni mucho menos ocuparé todo su espacio cuando termines, maldito gordo de mier..."

Jarz levantó la mirada... Todos seguían comiendo... Volvía a pensar en la promesa de un buen almuerzo... Que había dinero en la billetera que podía comprar cualquier antojo... Un par de ojos notaron algo raro... Luego otros se sumaron, y las voces volvieron.

"Ignoraste tu intuición... Y creiste en falsas promesas... Dije que lo daría todo, pero no vas a sacar nada de mi"

Los cubiertos se rompieron en el forcejeo... Algunos terminaron de comer... La chica que miraba en el fondo estaba aterrada, no sabía cómo intervenir, porque sabía que estaba a punto de mirar una explosión... Y tal vez participar en ella... Jarz apartó los cubiertos, miró hacia las paredes e imaginó las vísceras del mal esparcidas en ellas... Pero eso ya lo hizo Kevin Spacey una vez... Esta vez debía ser más dramático, más intenso... Cuatro dedos apuñalearon la fuente del mal donde no tuviese de donde seguir aferrado, y todo se desprendía de las paredes de la bandeja... El pasticho íntegro, negro, frío, se manternía unido por completo en una lucha desesperada de soberbia y odio....

Los dientes se cerraron... No había pasticho en la bandeja, desde afuera, ojos aterrorizados veian como el pasticho, era sostenido en las manos de Jarz como si fuese un inofensivo sandwich... Y que él masticaba serenamente de pie, luego de haber derrotado a su némesis en una guerra mental, tomando bocados directamente desde su corazón...

Manos vacías mostraban residuos de la sangre del tomate y la carne del mal... Pero el rostro de Jarz mantenía serenidad, y sobre todo... Ausencia total de hambre.

La chica desde el fondo dijo: "Podías haber pedido que te lo cambiara..."

2 comentarios:

  1. Yo fui testigo de esa mirada perdida de locura y de las manchas que dejó la sangre del tomate... LOo que nunca podré olvidar es el maldito pasticho, que mal estaba... MA RY LO LI.

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar